A mi juicio debemos cubrir con nuestras pautas tres niveles:
1)-La Familia
2)-El Centro educativo
3)-El estudiante con TDAH
1)-A)- Cuando en un grupo de alumnos se detectan conductas que nos pueden desencadenar en un posible caso de TDAH, debemos, como plantel docente, pedir un psicodiagnóstico completo, avalado por el centro educativo. Recordemos que un diagnóstico a tiempo puede cambiar totalmente la vida futura del individuo que lo padece.
B)-Si se confirma el TDAH, como paso inmediato, se debería orientar a la familia, explicándole que se trata de un trastorno que va a afectar la vida del niño no sólo en lo cognitivo, sino que también en el ámbito social. Por ello debemos hacerlos sentir que no se encuentran solos. Que tanto el centro educativo en su generalidad, así como el plantel docente están dispuestos a colaborar para que el niño se supere con la condición de que la familia cumpla con sus responsabilidades.
C)-En caso de que la medicación sea indicada por el psiquiatra, ésta es imprescindible para que el niño pueda adaptarse y concentrarse. Si bien ayuda, no es suficiente. Se tiene que recurrir a un centro de apoyo, tanto para padres como para el niño. Realizar un seguimiento para valorar si evoluciona con los diferentes tratamientos que se le plantean. Recordemos que, para que estos niños salgan adelante, se necesita un trabajo en equipo. El tratamiento que el niño realice debe tener un planten de psicólogos y psiquiatras que lo valoren. Así como desde la institución psicopedagogos, psicólogos y docentes, que deben intercambiar información frente a cualquier cambio que el niño presente, tanto sea positivo como negativo.
D)- Orientar a la familia en lo que respecta a la organización personal del niño. Indicándole que sólo puede seguir pautas claras y simples que le permitan ordenar su vida personal, generándole responsabilidad, ayudándolo a madurar.
2)- Si bien todos hablamos de diversidad y de la aceptación a las capacidades diferentes, no todo centro educativo está apto para tratar dichas dificultades, con el respeto que merece el individuo.
A)-Es por ello que un centro educativo, que pretende incorporar a niños con TDAH tiene que contar con un equipo docente que esté dispuesto a no discriminar, etiquetar o estigmatizar al niño cuando presenta conductas conflictivas. Debiendo contar con un equipo multidisciplinario que lo oriente, y haga un seguimiento del mismo.
B)- En lo que respecta al aula, ésta debe contar con un número adecuado de alumnos para que el docente pueda trabajar en forma individualizada. Si ésto no es posible, se debe de poder recurrir a personal de apoyo, así como también a espacios pedagógicos que compensen.
En lo que respecta a la ubicación del estudiante con TDAH dentro del aula, ésta debe ser fija, quedar frente al profesor, evitando perder la visualización del niño. Hay que recordar que muchos de estos estudiantes, debido a los conflictos personales que presentan, a menudo tienen una necesidad de llamar la atención pues sus procesos de maduración son distintos a los de sus compañeros. O por el contrario, ser tan tímidos que pasan desapercibidos en una clase. Su autoestima y su confianza en sí mismos, normalmente están afectadas. Que el docente esté próximo a su ubicación dentro de la clase quizás pueda servir también para que, a través del afecto, logre el niño incrementar su confianza.
Buscar que el estudiante con TDAH quede rodeado de personas que no presenten dificultades similares a las suyas, que tengan predisposición a colaborar. Uno de los mejores indicadores de éxito en un aula es precisamente, cuando un docente cuenta con un grupo de alumnos que se interesan por los demás y están dispuestos a ayudar. Es muy común que sus pares sean tan capaces de enseñarle como nosotros mismos, sobretodo cuando hablamos de adolescentes que tienen predisposición a escuchar a individuos de su misma edad, más que a los adultos.
No tiene que haber en el salón elementos que distraigan al niño. Ni ventanas, ni puertas cerca de su ubicación.
3)- La organización del niño con TDAH es clave para su superación personal. Se debe tratar que el alumno tenga un horario fijo y sistemático para así poder recordar con mayor facilidad sus responsabilidades.
En lo que respecta a su desarrollo cognitivo, tenemos que lograr plantear tareas especiales, asumiendo que sus niveles de concentración son bajos y de muy corta duración. Por lo que las mismas tienen que incluir al principio la esencia de lo que se quiere enseñar, y posteriormente aplicaciones directas, cortas y paulatinas en el nivel de dificultad, logrando de esta manera que el niño sienta que va alcanzando sus objetivos. Evitando instancias de frustración innecesarias. Recordemos que son niños que en general tienden a ser depresivos.No queriendo decir con esto que debemos eliminar la posibilidad del fracaso en su proceso de aprendizaje pues no lo estaríamos preparando para la vida.
Así mismo debemos evitar tareas que se alejen de los conocimientos esenciales con el fin de facilitarle la tarea. No debemos restar en su desarrollo intelectual. Es decir que la adaptación del planteo didáctico será fundamental para que el niño pueda adecuadamente llegar al nivel académico que cursa, de lo contrario lo estaríamos discriminando. Debemos recordar que muchos alumnos con TDAH fueron personalidades que se destacaron a través de la Historia. Obviamente ésto no siempre es así, pero sin embargo debemos tenerlo presente.
En lo que respecta a su trabajo para desarrollar los aprendizajes en las diferentes disciplinas, es importante enseñarles a esquematizar, remarcar, muchas veces utilizando registros gráficos, no sobrecargados de información . De esta manera lograr utilizar al máximo la percepción visual que lo ayuda a generar redes psicológicas, que le permiten mejorar su capacidad de adquirir conceptos básicos.
Su trabajo domiciliario debe ser a diario, en la medida de ser posible, con tareas no extensas, que le enseñen no sólo aprender una asignatura. Al resolver situaciones sólo, sin un orientador pedagógico, le estamos ayudando a ser más independientes en lo que respecta a sus responsabilidades.
Se pueden plantear tareas para realizar con su familia, orientando a los padres previamente, con el objetivo de mejorar los vínculos que son fundamentales para la base de su estructura social.
Tenemos que tener presente que incentivar actividades físicas y el desarrollo musical pueden servir como grandes colaboradores de las asignaturas obligatorias de la currícula, ya que bien trabajadas, pueden lograr enseñar orden, disciplina, respeto por el otro. Características que en general son poco usuales en personas con TDAH. Es imprescindible tener presente que toda actividad que se le incorpore para ayudar en su desarrollo debe ser grato para el niño. De lo contrario sería contraproducente.
Conclusión:
No estoy dando recetas mágicas para que el niño con TDAH alcance el éxito, sus padres y nosotros en nuestra tarea docente. Ésto sería ideal, pero lo vemos con nuestros propios hijos, aunque viven en la misma familia, con las mismas bases de educación y de entorno social, sin embargo son todos distintos.
No es raro que muchas veces utilicemos todo el arsenal de pautas, consejos y teorías para atender a niños
con TDAH, y sin embargo no funcione. Lo fundamental es que no debemos bajar los brazos, ni como docentes, ni como padres ya que estos niños también son parte del futuro de nuestra humanidad y debemos ayudarlos para que puedan desarrollarse en el máximo de su potencial.¡Lo bueno que debemos sentir es que no estamos solos en esta gran tarea!
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